El lunes pedí un turno en mi peluquería habitual para corte, hace más de 2 años que la misma persona corta los cabellos de mi cabeza y me estaría costando confiar esa tarea en alguien más porque cuando se da en el clavo con un estilista que te comprende con tan sólo mirarte es imposible engañarlo con otro. Esta mañana me levanté entusiasmada, como todas las veces que siento un cambio cerca, me preparé el desayuno y me puse frente al televisor a ver las noticias, fue una sorpresa con lo que me encontré.